EL KURURU (SAPO) EN LA CULTURA GUARANI Y PARAGUAYA
Por David Galeano Olivera
1. INTRODUCCIÓN
Hace un tiempo, la Prof. Andrea Weiler, bióloga; investigadora y docente
de la Carrera de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
de la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay) donde también yo
ejerzo la docencia en la Cátedra de Antropología; me comentó acerca de
un trabajo de investigación sobre los batracios, en el cual se encontraba
envuelta junto a otros investigadores; y fue entonces que me propuso
escribir acerca de los batracios en la tradición Guarani y Paraguaya; es
decir, referirme a la concepción popular, no científica, que la gente
tiene de estos peculiares, misteriosos y mágicos animales. Allí empezó
esta aventura que a continuación paso a exponer.
Sapo, según el diccionario Espasa, es el nombre común de numerosas
especies de anfibios anuros de la familia bufónidos.
Tienen el cuerpo
rechoncho, ojos saltones, extremidades cortas y piel verrugosa provista de
glándulas mucosas y granulosas, que secretan sustancias acres e
irritantes, a menudo venenosas. Viven en las zonas templado-cálidas del
mundo. Algunas variedades de sapo son: el sapo común, cuyo nombre
científico es Bufo bufo, y es aquel que durante la época de celo se
reúne en grupos alrededor del agua. Es la especie más grande europea.
Luego está el sapo corredor, cuyo nombre científico es Bufo calamita, y
es pequeño, de color oliváceo y con una raya clara en el dorso. Vive en
el oeste de Europa. Por último, está el sapo partero, cuyo nombre
científico es Alytes obstetricans, y se caracteriza porque el macho
transporta los huevos entre las patas posteriores hasta el nacimiento de
los renacuajos. Vive en el sudoeste de Europa.
El sapo tiene el nombre de kururu en Guarani. Indagando en dos
diccionarios Guarani-Castellano, uno de Trinidad y el otro de Villamayor;
al respecto del sapo, dicen: Kururu: Sapo. Anfibio anuro, familia
bufónicos. Posee una glándula que segrega un veneno muy peligroso para
la sangre humana. Villamayor agrega que viven 25 años y más, y que si
un animal trata de morder a un sapo la piel despide una sustancia que da la
sensación de escozor en la boca, lo que hace que el atacante suelte
rápidamente a la presa. Se alimentan preferentemente de insectos y
lombrices. En ambos diccionarios se mencionan dos variedades, que en
realidad no son kururu (sapo) sino jui (rana), pese a que sus
respectivos nombres empiecen en kururu. Así, el kururu pytâ
(literalmente: sapo rojo o colorado) que es un batracio que no es sapo,
sino una rana de gran tamaño. Es comestible, de carne muy sabrosa. Luego
está el kururu sayju (literalmente: sapo amarillo) que es una rana
grande que cambia de color. Por otra parte, el diccionario de Villamayor
describe a las ranas de la siguiente manera: Jui: rana. Anfibio
anuro, de la fam. Ránidos. Vive en charcos, riachuelos y lugares
húmedos. Entre las variedades de rana se mencionan a la jui hovy
(literalmente: rana azul), conocida como rana monito con pupila vertical,
con glándulas paratiroides notorias. Manos y pies prensibles, con sus
pulgares oponibles. De movimientos lentos, vive sobre la vegetación y
realiza sus nidos en ramas sobre el agua. Se adapta a ambientes secos y
para no deshidratarse se cubre con una sustancia producida por sus
glándulas. Después está la jui titi (literalmente: rana chica): o
rana pequeña; y por último, la jui pakova (literalmente: rana banana
o del bananal): conocida como rana ternero. Es una especie arborícola,
que habita en los troncos de los bananos, de ahí su nombre.
El actual territorio del Paraguay fue el asiento precolombino de la
Nación Guarani y de otras comunidades indígenas nativas, no Guarani.
Posteriormente, tras la conquista y la colonia, se constituyó la actual
República del Paraguay, en el corazón de la América del Sur.
Asimismo,
este espacio continental siempre estuvo poblado de grandes bosques y
montes con numerosas variedades de animales, ya sean acuáticos,
terrestres o aéreos; de ahí que, el indígena primero -creador y dueño
de la Lengua Guarani- vivió siempre en ese contexto natural y por
consiguiente nominó en Guarani a prácticamente todas las especies y
variedades zoológicas y botánicas; entre ellas el sapo (kururu) y la
rana (jui). En segunda instancia -desde la colonia y hasta el Paraguay
actual- el mestizo (hijo del español y de la mujer Guarani) siguió
conviviendo en ese mismo espacio natural, y también aprendió a apreciar,
distinguir y nominar a animales y plantas más habitualmente en Guarani,
por ser este el idioma cotidiano del paraguayo, hasta hoy. Hay que
destacar que las nominaciones de las variedades siempre estuvieron
relacionadas con alguna característica exterior o ambiental del animal:
color (kururu pytâ), tamaño (jui titi) o el lugar o sitio que habitan
(jui pakova).
A partir de lo expuesto se deduce que el Guarani y luego el paraguayo
rural aprendieron a diferenciar a los animales silvestres casi siempre
peligrosos o perjudiciales (aguara = zorro, jaguarete = tigre, guasu =
venado, kai = mono, mborevi = tapir, kapiyva = carpincho, etc) de
los animáles domésticos habitualmente mansos y útiles (jagua = perro,
mbarakaja = gato, vaka = vaca, kavaju = caballo, ovecha = oveja, kavara =
cabra, kure = cerdo, ype = pato, etc). Asimismo, aprendió a reconocer y
convivir con algunos animales de condición semidoméstica, como el sapo y
la rana; y digo esto porque las viviendas -tanto Guarani como paraguayas-
se asentaban en la proximidad o costa de algún río o arroyo, donde estos
pequeños animales siempre abundaban; y fue así como empezó la relación
entre los anfibios y los humanos de la Región Guaranítica (Paraguay y
zonas de Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay). Hoy esos espacios
naturales (bosques y montes) prácticamente han desaparecido y la sociedad
paraguaya se ha vuelto urbana, sin embargo las características y los
nombres de esos animales y plantas permanecen aún en la retina y en la
mente de los abuelos y padres, que alguna vez vinieron del campo a la
ciudad.
En la actualidad los jóvenes y niños que viven en los centros
urbanos, por ejemplo, ya no conocen al jui pakova o al kururu pytâ. En
todo caso habría que exhibirles alguna imagen o vídeo acerca de los
mismos para que aprendan a reconocerlos; cosa que sus abuelos y padres
-antes- observaban diariamente en su entorno y los distinguían con
gran facilidad.
El hecho de haber vivido mucho tiempo en un ambiente natural, permitió
tanto al Guarani como al Paraguayo, agudizar su poder de observación.
Muchas de las locuciones tradicionales (creencias, supersticiones, usos,
costumbres, leyendas, refranes, etc) estuvieron y están siempre ligadas a
las plantas, los animales y los minerales. En síntesis, el habitante de
esta región siempre fue sensible y conocedor de su entorno natural.
2. DESARROLLO
En la tradición paraguaya, el kururu o sapo, es el más recurrente (con
relación al jui o rana) en las diferentes circunstancias cotidianas;
en otras palabras, se menciona o se recuerda más al sapo en un sinnúmero
de acontecimientos. En algunos casos, el kururu inspira temor o se lo
utiliza para inspirar temor, así cuando alguna criatura se porta mal o no
quiere dormir se suele decir: Cháke, kururu oúta ndéve
= Cuidado,
que el sapo te vendrá a
. En otras ocasiones, el kururu resultó
gracioso, o sirvió o sirve para causar risa a partir de su aspecto poco
estético. Al respecto hay un ñeênga (dicho popular) que sentencia:
Nde arriero molde vai kururu ñemboy = Hombre desmoldado semejante a
un sapo parado. Asimismo, cuando las criaturas sacan la lengua a algún
amiguito o a algún adulto, inmediatamente se le dice kururu o
sapo y se suele agregar solamente los sapos sacan la lengua,
esa actitud (sacar la lengua) se considera como un acto de mala
educación, pues los niños no deben sacar la lengua a nadie, eso
solamente lo hacen los sapos
que son mal educados.
2.1. El kururu entre los Guarani
León Cadogan -profundo conocedor de las tradiciones de los Guarani-
recopiló en su obra Ayvu Rapyta el mito del kururu o sapo, quien fue -en
el principio de la humanidad- el proveedor del fuego, primer elemento
facilitado a los moradores de la tierra. En efecto, Ñande Ru Tenonde
(Nuestro Primer Padre) envió a su hijo Papa Mirî a la tierra y éste
consideró que la primera necesidad era el fuego y en ese propósito
pidió a su mensajero, su hijo: sapo, que atrapara en la boca la mayor
cantidad de fuego. Este así lo hizo y deposito el fuego en un gajo de
ajuyjoa (variedad fofa de laurel, empleado hasta hoy por los Mbya
Guarani para producir fuego por esfregadura). En otra versión de este
mito, kururu trató de engañar a Papa Mirî, queriendo guardar un
pedacito de brasa para su propio uso, por cuyo motivo fue convertido en
batracio, tal cual lo conocemos hoy. Concretamente, de este mito se deduce
el valor que el kururu tiene para los Guarani, ya que fue uno de los
primeros animales de toda la creación, responsable -nada más y nada
menos- de la provisión del fuego a la tierra. Por lo expuesto, es que el
sapo goza de gran respeto entre los Guarani.
2.2. El sapo en otra comunidad indígena, no Guarani, que habita el
Paraguay
Entre los Totobiegosodes (Ayoreos) existe una leyenda que trata de
Ahoâi, el hijo de las nubes; en cuya trama unos niños traviesos tenían
la costumbre de burlarse de Ahoâi, una nube mansa. A ella le tiraban con
palos, hecho que un día molestó grandemente a Ahoâi, que se convirtió
en una enorme nube negra y empezó a llover días y semanas, hasta cubrir
toda la tierra. Los niños traviesos se ahogaron y se conviertieron en
sapos, y pese a ello, seguían tentándose en el lenguaje de los sapos.
2.3. El kururu y las enfermedades
En la cultura popular paraguaya, existen dos afecciones que supuesta y
concretamente se pueden curar con el kururu o sapo: la erisipela y
el cáncer.
2.3.1. Isípula (Erisipela):
Esta afección es causada por la picadura de
un ácaro. El paraguayo cura la isípula fregando el vientre de un sapo
vivo contra la pierna afectada, mediante movimientos de arriba hacia abajo
o de abajo hacia arriba. Según la tradición el sapo absorbe la fiebre y
el paciente se cura. Sin embargo, para que la cura sea verdaderamente
efectiva, el sapo o los sapos utilizados deben ser enterrados hacia donde
entra el sol.
2.3.2. Cáncer:
De un tiempo a esta parte se hizo muy popular en el
Paraguay, una especie de jarabe o preparado, conocido con el nombre de
kururu caldo o sopa de sapo. En efecto, una familia de la Ciudad de
Coronel Oviedo fue la pionera en esta práctica; a la que se sumó
posteriormente una monja de una congregación religiosa Asuncena.
Básicamente, este remedio se prepara hirviendo sapos con algún
otro ingrediente que nosotros no conocemos. La resultante de ese hervido
es un líquido cristalino, transparente que debe administrarse a las
personas que padecen cáncer en cualquiera de sus presentaciones. Mucha
gente que probó esta medicina dice que ella es efectiva
2.4. El kururu y el paje (magia)
Así como la magia vudú y la macumba brasilera, en el Paraguay se
practica una forma de hechicería o magia conocida con el nombre de paje.
Dionisio González Torres en su libro Folklore del Paraguay cita los
ingredientes que utiliza el pajeséro o brujo; así, y a modo de
ejemplo: tierra de cementerio, velas, cientas de distintos colores, agujas
y alfileres, y también cuero o piel de kururu o sapo. De hecho, vale la
pena destacar que la raíz kuru sugiere -en el Guarani indígena- la
idea de algo mágico, con poder sobrenatural o virtud portentosa. Así, a
los amuletos, reliques o talismanes en Guarani se los denomina kurundu.
Por otra parte, los indígenas echan hojas del árbol conocido como
kurupay (Piptadenia macrocarpa Benth; P. communis; P. rígida.
Leguminosas mimosáceas) en el fuego que preside sus rituales religiosos,
causándoles alucinaciones. Dionisio González Torres en su libro
Catálogo de Plantas Medicinales usadas en Paraguay dice que el Kurupay
es rico en tanino, hasta 25%. De sus semillas se ha aislado la bufotenina o
bufonina. Esta droga derivada del indol, es la
5-hidroxi-N.N.-dimetil-triptamina componente que además se encuentra
-coincidencia llamativa e interesante- en las secreciones glandulares de
sapos del género Bufo.
2.5. El kururu y los dichos populares
(ñeênga)
Entre los ñeênga (dichos populares), por ejemplo, existen varios que
refieren al kururu o sapo, a saber:
2.5.1.- Kururu raýnte oñembyasy, porque isy naikámai (El renacuajo
se aflige, porque su madre no tiene teta)
2.5.2.- Jui opurahéi jave, okýta (cuando la rana canta es porque
lloverá)
2.5.3.- Amangýpe kururu osêva (con la lluvia el sapo acostumbra salir)
2.5.4.- Aguapyhápevoi aju hei kururu oñemeêrô chupe apyka oguapy
hagua (Sentado vine dice el sapo cuando le invitan a sentarse)
2.5.6.- Amanovaerâ che kapríchope, hei kururu ohasárô rúta (En
mi capricho moriré dice el sapo al cruzar la ruta)
2.5.7.- Esto es lo que me revienta hei kururu ohechárô tractor (Esto
es lo que me revienta dice el sapo cuando observa al tractor avanzar hacia
él)
2.5.8.- Esto es vida hei kururu ohórô avión-pe (Esto es vida dice el
sapo cuando viaja en avión)
2.5.9.- Esto me revienta hei kururu ohasárô hiári rupi kamiö
(Esto es lo que me revienta dice el sapo cuando un camión le cruza
encima)
2.5.10.- Igusto korócho, hei kururu pirépe oñeheÿivaekue
(¡Que gusto! Dice quien se rasca con el cuero de un sapo)
2.5.11.- Iporâva ndaipoái hei kururu osêrô rútape (Las
criaturas bellas como yo no tienen suerte dice el sapo al entrar a una
ruta)
2.5.12.- Kóvape ajokáta che rye hei kururu ohechárô kamiô ilu
rendy oúvo (Con estos reventaré mi panza dice el sapo cuando a lo lejos
ve venir un camión con las luces encendidas, pensando que se trata de
insectos)
2.5.13.- Jahápy ñambope hei kururu osêrô rútape (Vamos pues a
aplastar dice el sapo cuando sale a la ruta)
2.5.14.- Mitâi ipoáva che, hei kururu osêrô rútape (Soy un
chico con suerte dice el sapo cuando sale a la ruta)
2.5.15.- ¡Nde jajúra! hei kururu ha hae ndaijajúrai (¡Por tu
cuello! dice el sapo pese a no tener cuello)
2.5.16.- Kóva ivai hei imemby kururúva (Este sí que es feo dice
quien tuvo un hijo sapo)
2.5.17.- Kururu rekakáicha hû (Es tan negro como el excremento del
sapo)
2.5.18.- Kururúicha hopepi ruru (Como el sapo tiene los párpados
hinchados)
2.5.19.- Typychápe kururúicha oñemosê (Fue echado como el sapo es
expulsado con la escoba)
2.5.20.- Kuña ryeguy roysâ kururu (Mujer que tiene el vientre frío
semejante al sapo)
2.5.21.- Mitâ rye chigua kururu petáka (Niño barrigón semejante al
sapo retacón)
Estos ñeênga (dichos populares) son productos de la constante y
puntillosa observación que el paraguayo hace de toda la figura del sapo,
sus defectos, virtudes y costumbres. Después de mencionar estos
ñeênga queda absolutamente claro que el paraguayo siente una
atracción especial hacia este animal, dedicándole una extraña
atención, casi inusual.
2.6. El kururu y los apodos o marcantes
Por otro lado, la afición del paraguayo por los kururu se demuestra en
los distintos apodos, sobrenombres o marcantes que le pone a
prácticamente todos sus semejantes. En Paraguay es difícil encontrar una
persona que no tenga un apodo, sobrenombre o marcante y una gran cantidad
de ellos están relacionados al sapo. Así:
2.6.1.- Kururu Se dice a quien es petiso, gordo y de cuello corto
2.6.2.- Kururu pelóta Se dice a quien no tiene una figura esbelta y
es bajo de estatura
2.6.3.- Kururu pire Se dice a quien tiene la piel de la cara granulosa
y áspera, parecida al cuero del sapo. Este sobrenombre se aplicó a uno de
los más tenebrosos torturadores que sobresalió durante la dictadura
stronista. La sola mención de dicho sobrenombre causaba pánico en la
gente.
2.6.4.- Kururu rekaka Se dice a la persona morena o de piel oscura y
petisa.
2.6.5.- Sapo Cancionero Es el sobrenombre del gran artísta paraguayo
César De Brix (músico, compositor y cantante), ya fallecido.
2.7. El kururu y los alimentos
El nombre kururu por semejanza se aplica al pan o galleta mojado en agua
y endulzado ligeramente con azúcar o miel. Del mismo modo, dícese de la
galleta o pan sumergido en algún caldo o sopa. Asimismo, se aplica esa
denominación al pan o galleta sumergido en la leche, el café o cocido.
En los tres casos mencionados, el pan o galleta se hinchan semejando al
sapo.
3. CONCLUSIÓN
Después de este recorrido cultural en el cual rescatamos algunas
circunstancias vinculadas al kururu o sapo, queda visto que dicho animal
siempre fue el centro de atención del Guarani y del paraguayo. El kururu
siempre llamó la atención de la gente de esta región, por encima de
varios otros animales; siendo además protagonista indiscutible del
quehacer cotidiano del ser humano. El kururu prácticamente estuvo y está presente en todas partes junto a
la gente de este lugar; así, en la religiosidad, la medicina, las
creencias y las costumbres populares; en otras palabras, el sapo es un
como un mítico ser omnipresente, pues está en la costa del arroyo o del
río, en el pastizal, bajo la sombra de algún árbol o entre las ramas
del mismo, en la lluvia; en la calle, ruta, empedrado o asfaltado; en la
pieza o bajo la cama de algún paraguayo; su croar es tan conocido
como el ladrido del perro o el maullido del gato, sin ser propiamente un
animal doméstico; ya que ni en los textos escolares goza de la
reputación de animal doméstico.
Sin embargo, ese ser con cuerpo rechoncho, ojos saltones, extremidades
cortas y piel verrugosa provista de glándulas mucosas y granulosas
siempre atrajo la atención del Guarani y del paraguayo. En algunas
ocasiones inspirando temor, en otras causándole gracia y simpatía, y en
otras dándole buena suerte. En la actualidad, entre las piezas cerámicas
más vendidas en Paraguay, se encuentra la pareja de sapos, que debe ocupar
un lugar preferente en el jardín o en la casa, a fín de asegurar la buena
suerte a sus propietarios.
Ese es pues el kururu o sapo
peculiar, misterioso y mágico animal que varias veces fue sacrificado -o dicho de otro modo, dio su vida o su cuero- a favor del Guarani y del paraguayo, ya que siempre tuvo variasutilidades en diversas circunstancias, algunas de ellas difíciles y
desesperadas.
KURURU KYRA (CHAMAME)
Letra y Música : Jorge Román Gómez - El Kunumi (de Corrientes,
Argentina)
OJITOS SALTONES, PANCITA GORDA
ANDA A LOS SALTOS EN EL YUYAL
NO TIENE COLA, VERDE ESPERANZA
AMA LA LLUVIA Y LA LIBERTAD
EN LOS JARDINES Y ENTRE LAS FLORES
EL CASCARUDO EMPIEZA A TEMBLAR
CHÁKE CHAMIGO, NO SOY COMIDA
LE PEGA UN GRITO EN LA OSCURIDAD
RESPETEN AL KURURU
AL HOMBRE QUIERE AYUDAR
LE GUSTA EL CHAMAME
A LOS SALTITOS SUELE BAILAR
VAI LE HIZO TUPÂ
PERO IGUAL LE HA DE QUERER
LENGUA LARGA ES EL KURURU
PERO SOLO PARA COMER
FAMA DE MALO TIENE EL PETISO
PERO NO SE METE CON LA YARARÁ
SE HACE EL DORMIDO, RESPIRA LENTO
BICHITO VIVO EL KURURU KYRA
TIENE SU CASA BAJO LAS PIEDRAS
EN ALGÚN CAÑITO O EN EL HUMEDAL
CUANDO SE ENOJA ES TRAICIONERO
CHÁKE TU OJO TE VA A ORINAR
(*) Presidente (Director General) del ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI.
Profesor, Licenciado y Magíster en Lengua y Cultura Guarani. Docente
universitario. Escritor bilingüe. Traductor público. E-mail:
dgo@paraway.net.py